Hace tiempo tenía que mostrarles este emprendimiento, es que conocí a una de las mitades que inspiran sus creaciones, y la otra mitad; así como las paltas calza perfecto una con la otra. Generalmente el teñido de textiles se hace con tintas chinas y un montón de químicos que dañan nuestro medioambiente.
Meraki en cambio, nos deja dos enseñanzas. Una, es el nombre tan característico, que significa "aquello que nace del alma, con creatividad y amor". Y dos. Si queremos cambio, seamos nosotros parte de ese cambio. Los pigmentos naturales con los que Kari tiñe las telas son 100% basadas en frutas, verduras y pequeños fragmentos de nuestra tierra.
Mi favorito creo, es el color que toma la palta con la tela. Es realmente mágico el proceso y te deja casi boquiabierto rendido ante las maravillas que resultan.
Hay muchas personas que se inspiran en los trabajos que hacen en Malasia e Indonesia. Yo no tuve que viajar, no tuve que mover un dedo. Simplemente, admiré el trabajo artesano y di con los tintes naturales. Los recomiendo 100% porque además de cuidar de nuestro planeta, el secreto siempre estará...
En el amor con el que se crea.
Gracias Maca por enseñarme un secreto bien guardado,
Meraki Dyer.
Puedes ver y comprar sus productos en:
Instagram: https://www.instagram.com/meraki.dyer/
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